Una catarata es una opacidad del cristalino, el cual normalmente es claro y transparente, produciendo una disminución de la agudeza visual. Según la organización mundial de la salud, la catarata es la primera causa de ceguera reversible a nivel mundial. Podemos clasificarla según edad de aparición, posición y madurez. Cabe decir que el único tratamiento definitivo de la catarata es quirúrgico.
Según madurez de la catarata:
Según la edad de la catarata:
Según la posición de la catarata:
Cuerpo metálico con oxidación alojado en córnea, debido a la manipulación de un disco metálico sin gafas de protección.
Anomalía de tipo congénito que evoluciona con el crecimiento, suele asociarse a otras enfermedades y síndromes. Generalmente causa fotofobia en iluminaciones intensas.
La pinguécula es una degeneración de la conjuntiva del ojo que es más frecuente en personas que reciben gran cantidad de radiación solar.
Tiene forma de lenteja blanca que aparece en la conjuntiva No afecta la visión por no infiltrar la córnea a diferencia del pterigium. Puede inflamarse dando lugar a una pingüeculitis, lo que puede verse favorecido por ambientes muy secos con viento y exceso de radiación solar. Si la sensación de cuerpo extraño es molesta puede tratarse al paciente humidificando los ojos con lágrimas artificiales. No es una patología que requiera tratamiento quirúrgico ya que no afecta la visión.
Se trata de una anomalía ocular muy frecuente. Se conoce como “uña” o “palmera” aunque su nombre técnico es pterigion o pterigium. En la superficie ocular se encuentra la córnea y la conjuntiva. Entre la córnea y la conjuntiva hay un límite bastante marcado, con forma de circunferencia. Por dentro de ella encontramos la córnea que no tiene vasos sanguíneos y es transparente por lo que normalmente no la apreciamos (vemos el iris que está detrás). Por fuera de la circunferencia está la conjuntiva que tiene vasos sanguíneos y la vemos de color blanco.
Se trata de una anomalía ocular muy frecuente. Se conoce como “uña” o “palmera” aunque su nombre técnico es pterigion o pterigium. En la superficie ocular se encuentra la córnea y la conjuntiva. Entre la córnea y la conjuntiva hay un límite bastante marcado, con forma de circunferencia. Por dentro de ella encontramos la córnea que no tiene vasos sanguíneos y es transparente por lo que normalmente no la apreciamos (vemos el iris que está detrás). Por fuera de la circunferencia está la conjuntiva que tiene vasos sanguíneos y la vemos de color blanco. El pterigium lo vemos como una especie de “invasión” de la conjuntiva sobre la córnea, es una punta de tejido conjuntival que avanza y crece desde la parte exterior de la córnea hacia el centro. Son células y vasos sanguíneos procedentes de la conjuntiva que se introducen, invaden y se colocan por delante de la córnea. En la mayoría de los casos su crecimiento se autolimita y es realmente pequeño. A veces el pterigium puede producir irritación y molestias. Sólo para casos de inflamación importante o cuando crece peligrosamente hacia el centro de la córnea se trata quirúrgicamente ya que alteraría la visión.
La conjuntivitis es el término utilizado para describir la inflamación de la conjuntiva, la membrana delgada, transparente que recubre el interior de los párpados y la parte blanca del ojo, conocida como la esclerótica.
La conjuntiva, que contiene pequeños vasos sanguíneos, produce moco para que la superficie del ojo esté húmeda y protegida. Cuando la conjuntiva se irrita o se hincha, los vasos sanguíneos se hacen más grandes y más prominentes, por lo que sus ojos aparecen rojos. Por lo general, afecta a ambos ojos al mismo tiempo, aunque puede comenzar en un ojo y se extenderse al otro posteriormente. Puede ser asimétrica, afectando un ojo más que el otro.
La sintomatología puede variar de unos casos a otros en: visión borrosa, formación de costras en los párpados, secreción ocular, picazón en los ojos, aumento de la sensibilidad a la luz, aumento de la producción lagrimal, ojos rojos, dolor de ojos,…
La queratitis es una inflamación de la córnea, el tejido en forma de cúpula en la parte frontal del ojo que cubre la pupila y el iris. La queratitis puede o no puede implicar una infección. La queratitis no infecciosa puede ser causada por una lesión relativamente leve, como un rasguño, o de usar lentes de contacto por mucho tiempo. La queratitis infecciosa puede ser causada por bacterias, virus, hongos y parásitos.
Los signos y síntomas de la queratitis incluyen: enrojecimiento del ojo, dolor en los ojos, exceso de lágrimas, dificultad para abrir el párpado a causa del dolor o la irritación, visión borrosa, sensibilidad a la luz (fotofobia), sensación de picazón, ardor o arena en el ojo, hinchazón alrededor de los ojos, sensación de que hay algo en el ojo (cuerpo extraño),
Una úlcera corneal es una erosión o úlcera abierta en la capa externa de la córnea y con frecuencia causada por infección. El estado de la formación de la úlcera corneal asociado a infección de la misma, con acúmulo de secreciones purulentas en la úlcera se conoce como absceso corneal.
El absceso corneal debe ser tratado de forma inmediata con antibióticos locales, previo examen directo y cultivo de la zona afectada, para determinar cuál es el microorganismo que produce la enfermedad.
De no ser tratado a tiempo, y en algunos casos por la virulencia del microorganismo, puede ocasionarse una perforación corneal, además de dejar como secuela una cicatriz blanquecina en la córnea o nébula, que puede impedir la visión normal.
Denominamos Triquiasis a aquella situación en la que se produce la inversión de las pestañas y el roce de ellas con la córnea, habiendo sido normales. Puede estar asociada a blefaritis, quemaduras térmicas o cáusticas, traumatismos, etc... Puede ser total o parcial, dependiendo de la extensión. Las zonas de roce se erosionaran, se producirá cicatriz y por ello opacidad.
La Madarosis es una disminución en el número o la pérdida total de las pestañas. Asociada a quemaduras, tumores infiltrantes, enfermedad del borbe palpebral, …
Llamamos Poliosis al crecimiento de pestañas de manera no anómalo pero con despigmentación, puede estar asociado a blefaritis crónica y uveítis.
Denominamos Distiquiasis a aquella situación en la que las pestañas nacen en un lugar anómalo, fuera de la línea habitual de pestañas, resultando por ello supernumerarias. Normalmente en la línea de abertura de las glándulas de Meibomio. A menudo se dirigen hacia atrás e irritan la córnea.
Un orzuelo es una inflamación en el párpado, causado generalmente por una infección de uno o más de los folículos de las pestañas (la raíz de la pestaña) en el párpado. Los orzuelos pueden aparecer en la parte exterior del párpado (un orzuelo externo) o la parte interna del párpado (un orzuelo interno).
El término chalazion proviene de una palabra griega que significa “pequeño bulto”. Un chalazión se forma cuando una glándula sebácea del párpado, llamada glándula de Meibomio, se agranda y su apertura se obstruye debido a la grasa. El chalazión tiende a desarrollarse a mayor distancia del borde del párpado que un orzuelo. Si bien, a menudo, un chalazión es más grande que un orzuelo, por lo general no es doloroso. No es causado por una infección bacteriana, y no es un tipo de cáncer. Ocasionalmente, cuando un orzuelo no sana, puede convertirse en un chalazión.
El ojo seco es un término general que se aplica a todas aquellas circunstancias en las que existe una mala lubricación del ojo, afecta a los párpados, a la conjuntiva y a la córnea. El término engloba tanto situaciones de baja cantidad, mala calidad, o bien, exceso de evaporación de la misma. Los principales síntomas del ojo seco consisten en quemazón, ardor, enrojecimiento, picor, sensación de arenilla y malestar al realizar tareas que requieren fijación visual como la lectura, conducción o el uso de cualquier tipo de pantalla.
El tratamiento suele ser prolongado y en ocasiones para toda la vida, siempre teniendo en cuenta cuáles son las causas principales para mantener el equilibrio lagrimal y lograr un alivio sintomático duradero. Un diagnóstico por un especialista mediante una serie de pruebas oculares y, en ocasiones, una analítica general es fundamental para diagnosticar la enfermedad y evitar complicaciones graves.
Estas dos afecciones corneales que se producen con cierta frecuencia, tiene distinta valoración. Generalmente la segunda es consecuencia del proceso de la primera. La distrofia de Fuchs afecta al endotelio corneal, que es la capa más profunda de la córnea y cuyas células son las encargadas de mantener la transparencia corneal, teniendo como consecuencia el engrosamiento de la córnea, edema y pérdida de transparencia. Cuando la visión está comprometida de forma notable, la única solución es el trasplante corneal lamelar anterior, en el que se trasplanta el endotelio sano de un donante.
El queratocono es una de las afectaciones degenerativas más comunes de la córnea. Consiste en un adelgazamiento y deformación progresiva del tejido corneal. Provoca una miopía y astigmatismo que evoluciona hacia una pérdida de visión por irregularidad y distorsión óptica. El queratocono ha sido hasta hace poco la principal causa de trasplante corneal en nuestro medio, pero nuevas técnicas novedosas como los anillos corneales o el crosslinking están evitando en muchos casos la queratoplastia.
Llamados ptosis a la caída del párpado superior pudiendo llegar a impedir una visión correcta por obstrucción del eje visual. El paciente tiene dificultad para abrir los ojos con normalidad, lo cual suele causar fatiga al final del día. El paciente adulto puede referir dos consecuencias principalmente, por un lado, la alteración estética que produce, y por el otro la pérdida del campo visual superior.
Cuando la ptosis es bilateral y aparece lentamente puede pasar desapercibido por el paciente durante mucho tiempo, pero cuando es unilateral resulta evidente.
En edad infantil un párpado caído puede dar lugar a una ambliopía (ojo vago), ya que el ojo no recibe la suficiente estimulación visual para que se desarrolle la visión con normalidad.
Este problema puede ser solucionado con una intervención quirúrgica llamada blefaroplastia, en la que se elimina el exceso de piel del párpado.
Uno de los síntomas que más molestan y preocupan a la población es el exceso de lagrimeo. Existen muchas situaciones de exposición al frío o al viento en la que el lagrimeo es normal y frecuente, aunque hay personas que tiene esta sensación de forma continua. La epífora, es un concepto clínico que significa lagrimeo, y que según su causa puede ser esporádico o continuo, conlleva molestias que pueden dificultar la actividad diaria, esta patología puede solucionarse en parte o definitivamente con una técnica quirúrgica conocida como dracriocistorinostomía transcanalicular.
La visión de cuerpos flotantes móviles en forma de puntos, sombras, hilos, moscas, telas u otras formas desplazándose por el campo visual constituye uno de los motivos de consulta más comunes. En la mayoría de las ocasiones este síntoma carece de importancia por estar relacionado con cambios fisiológicos del humor vítreo, pero en ocasiones puede asociarse a patologías oculares graves que requieren un diagnóstico y un tratamiento especializado.